El 30 enero de 2017 comenzó su andadura la vivienda tutelada de Tamames, un chalet espacioso y con mucho terreno alrededor. En la actualidad, conviven 5 personas en habitaciones propias pero es una vivienda con capacidad para 8 personas, compartiendo en algún caso habitación. A diferencia de otras viviendas tuteladas, en Tamames no se recibe servicio ni de catering ni de limpieza, son las propias personas que viven en la vivienda las que se encargan de estas tareas bajo la supervisión del personal de apoyo. En esta vivienda gracias a sus características (jardín y perrera) convive con ellos el perro de uno de sus habitantes.
Quique, Alejandro, Jose Carlos, Ana y Chuchi son las personas que viven en la vivienda y hacen balance de este año:
Alejandro: “Unas veces he estado bien pero otras no tanto, porque estoy acostumbrado a otro tipo de vida donde tenía más libertad, por ejemplo, cuando vivía en mi pueblo. Reconozco que las cuidadoras están haciendo un buen trabajo y me ayudan a rectificar mis errores”.
Quique: “Este año en la vivienda he estado muy a gusto. Me están ayudando con mis problemas personales y ahora estoy muy ilusionado porque he vuelto a retomar mis estudios. Además me han permitido tener mi perro Truns porque la casa es muy grande y tiene su propio espacio. También estoy muy contento con las cuidadoras porque me trasmiten mucha confianza y me dan el apoyo necesario para ir mejorando día a día”.
Ana: “Es una casa bonita y acogedora. He compartido una experiencia única con unos buenos compañeros y me siento muy a gusto y cómoda en ella. Aunque es verdad que estoy lejos de mi casa y echo de menos a los míos. Dentro de la casa hacemos manualidades, tareas domésticas, pasatiempos, vemos películas… También vamos de excursión”.
Carlos: “Cuando entré en esta casa me sentí muy bien, sentí ilusión como el que empieza una nueva vida y los compañeros me caen bien. Estoy a gusto aunque no paro nada entre la habitación, la ropa, los quehaceres de la casa, hacer la compra, etc. También me sienta bien hablar y compartir momentos con mis compañeros. Las cuidadoras me tratan muy bien, de lo que estaré muy agradecido siempre”.
Por su parte, el personal de apoyo de la vivienda reflexiona sobre el primer año de trabajo en la vivienda:
Bea: “El balance es muy positivo porque sabemos que estamos contribuyendo a que la vida de las personas mejore, a que sea cada vez más real y sobre todo a formar un hogar con y para las personas. Personalmente es muy enriquecedor aportar ilusión y empeño en este proyecto, trabajar en este equipo. Empecé como alumna de prácticas de Acción de Formación de Empleo VII Tamames, y desde entonces todo ha sido muy positivo: primero con los compañeros con los que estoy muy a gusto, hemos formado un buen equipo y con las personas que apoyamos hemos conseguido formar una espacie de segunda familia. Son visibles los avances cuando comparamos el inicio hace 1 año.
María: “Mi valoración sobre este año es muy positiva, la adaptación entre cuidadoras y las personas de la vivienda ha sido excelente y la convivencia actualmente es muy buena. Nos hemos ido adaptando a sus necesidades ofreciéndoles de forma individual los apoyos que necesitan para mejorar sus capacidades y avanzar en su día a día. Además desde el punto de vista profesional es muy gratificante trabajar a diario con ellos y ayudarles a conseguir sus metas”
Alicia: “Ha sido un año duro, empezar un nuevo proyecto requiere mucho esfuerzo por parte de todos, pero ver como las personas de la vivienda cada vez están más adaptadas a nuestro entorno, los avances en su calidad de vida en todos los niveles hacen sentirme plenamente satisfecha y feliz de poder formar parte de este proyecto tan gratificante”.
Silvia: “No es un reto fácil, teniendo en cuenta todos los trances que comparten las viviendas tuteladas en las dificultades de prestación de apoyos y de adaptación a las especiales características de cada persona, hay que sumar la de que Tamames es una población muy rural, con las especiales dificultades de la zona rural. Es muy gratificante observar pequeños cambios en algunas de las personas que apoyamos: cambio de malos hábitos, modificación de conductas, mejora en las relaciones sociales, inclusión en esta comunidad rural,… Gracias al maravilloso equipo que forman las cuidadoras, su implicación, su ilusión y su ejemplo el camino es más suave y estoy segura que conseguiremos muchos retos de los que nos vamos marcando. Todo esto es posible, sin ninguna duda, gracias al equipo profesional que formamos”.